
Debo pedir disculpas. Disculpas a Fernando González por no haber creído en él. Antes de comenzar la competencia olímpica comenté que “mano de piedra” no tenía posibilidad de medalla. Mi comentario estaba basado en el juego actual del chileno y en la superioridad que plasmaban otros tenistas. ¡QUE ILUSO FUI!
Olvidé por completo que estamos hablando de uno de los mejores deportistas que ha tenido nuestro país, pero sobretodo, olvidé que Fernando González, cuando juega por Chile, es un verdadero súper héroe. Lo que hizo en Atenas 2004 fue épico y nos enorgulleció a todos. Nos dio, junto a Nicolás Massú, la primera medalla de oro en la historia de nuestro país en juegos olímpicos y, por si fuera poco, regaló una medalla de bronce a nuestro escuálido medallero. Nos ha entregado victorias memorables en Copas del Mundo y en Copa Davis, siempre demostrando que pelea hasta el final y que nunca regala un partido.
¿Se me habían olvidado todos estos antecedentes?, después de tantas satisfacciones entregadas por el “Bombardero”, ¿Como se me ocurrió decir que no tenía posibilidades en Beijín? Quizás tengo poca fe, o sencillamente, sufro el mal de muchos chilenos, el de olvidar a nuestros grandes deportistas. Cualquiera sea la razón, te vuelvo a pedir disculpas Fernando.
Me demostraste (y creo que a todo Chile) que para ganar hay que luchar y luchar hasta el final. Que en esta vida nada se regala. Que con humildad, talento y esfuerzo podemos dar la pelea y estar entre los mejores. Eres un patriota de los buenos, de los que verdaderamente aporta al país. Siempre mencionaste el orgullo que sientes al defender a Chile y le dedicaste tu triunfo a los que sufren, por distintas razones, en esta larga faja de tierra.
Y los que sufrimos te lo agradecemos, y no sabes de que manera. Cada vez que gritabas un ¡vamos!, que te salían del alma, estábamos gritando contigo y cuando te colgaron la medalla de plata te aplaudíamos de pie porque sabemos que te lo mereces. Le jugaste al número 1 del mundo de igual a igual (algo que pocos esperaban). A un Nadal que es una muralla española tan espectacular como la china. Caíste en la batalla por el oro, pero peleando, que es lo más importante.
Fernando es un verdadero ejemplo para todos. Es ídolo de verdad y no de cartón, como otros. Con los años se transformará en leyenda y yo estaré encantado de contarles a mis nietos las hazañas del “Feña”. Como dice Solabarrieta (no puedo creer que esté citando a Solabarrieta), “González tiene un corazón que no le cabe en el pecho” y eso es lo que más nos gusta de él.
Gracias Fernando por demostrarme que estaba equivocado (pasa pocas veces), por entregarnos una nueva medalla y por permitir que millones de personas en el mundo vieran nuestra bandera. Eres un ídolo, eres nuestro orgullo.
Olvidé por completo que estamos hablando de uno de los mejores deportistas que ha tenido nuestro país, pero sobretodo, olvidé que Fernando González, cuando juega por Chile, es un verdadero súper héroe. Lo que hizo en Atenas 2004 fue épico y nos enorgulleció a todos. Nos dio, junto a Nicolás Massú, la primera medalla de oro en la historia de nuestro país en juegos olímpicos y, por si fuera poco, regaló una medalla de bronce a nuestro escuálido medallero. Nos ha entregado victorias memorables en Copas del Mundo y en Copa Davis, siempre demostrando que pelea hasta el final y que nunca regala un partido.
¿Se me habían olvidado todos estos antecedentes?, después de tantas satisfacciones entregadas por el “Bombardero”, ¿Como se me ocurrió decir que no tenía posibilidades en Beijín? Quizás tengo poca fe, o sencillamente, sufro el mal de muchos chilenos, el de olvidar a nuestros grandes deportistas. Cualquiera sea la razón, te vuelvo a pedir disculpas Fernando.
Me demostraste (y creo que a todo Chile) que para ganar hay que luchar y luchar hasta el final. Que en esta vida nada se regala. Que con humildad, talento y esfuerzo podemos dar la pelea y estar entre los mejores. Eres un patriota de los buenos, de los que verdaderamente aporta al país. Siempre mencionaste el orgullo que sientes al defender a Chile y le dedicaste tu triunfo a los que sufren, por distintas razones, en esta larga faja de tierra.
Y los que sufrimos te lo agradecemos, y no sabes de que manera. Cada vez que gritabas un ¡vamos!, que te salían del alma, estábamos gritando contigo y cuando te colgaron la medalla de plata te aplaudíamos de pie porque sabemos que te lo mereces. Le jugaste al número 1 del mundo de igual a igual (algo que pocos esperaban). A un Nadal que es una muralla española tan espectacular como la china. Caíste en la batalla por el oro, pero peleando, que es lo más importante.
Fernando es un verdadero ejemplo para todos. Es ídolo de verdad y no de cartón, como otros. Con los años se transformará en leyenda y yo estaré encantado de contarles a mis nietos las hazañas del “Feña”. Como dice Solabarrieta (no puedo creer que esté citando a Solabarrieta), “González tiene un corazón que no le cabe en el pecho” y eso es lo que más nos gusta de él.
Gracias Fernando por demostrarme que estaba equivocado (pasa pocas veces), por entregarnos una nueva medalla y por permitir que millones de personas en el mundo vieran nuestra bandera. Eres un ídolo, eres nuestro orgullo.
N.N.